De: Tu nieto
Enviado el: 5 de octubre
Número: 66
Para: Mi abuelo
Asunto: Una conferencia sobre la
vocación
Gracias por tu información sobre
el español. ¡Cuánto error en las publicaciones de los
periódicos, en la radio y en la tele!. Ahora, desde que
me dijiste lo que significa la terminación ente y el
sexo de los cargos, me molesta escuchar estos disparates
y ¡con cuánta frecuencia los utilizan! Siento vergüenza
ajena.
Pensé en ti cuando anunciaron que
un profesor de filosofía iba a dar una conferencia sobre
la vocación. Sé que es un tema que te gusta.
Asistí a la conferencia y aprendí
mucho. Se suele tener la idea de que vocación es la
llamada al sacerdocio o algo semejante. También lo que
una persona quiere ser en la vida. Sin embargo, según el
profesor, el concepto es más amplio. Después de escuchar
todo lo que dijo, tengo la sensación de que en mí hay
varias vocaciones, la verdad es que me dejó
desconcertado. Respecto a la carrera que elegí, sé que
es mi vocación, en esto estoy seguro. Según el profesor
es muy bueno estudiar lo que se desea saber y, mejor
aún, ejercer la profesión elegida por vocación. Nos dijo
que los sinónimos de vocación son: aptitud, disposición,
inspiración, don, facilidad, propensión, afición, gusto,
preferencia, llamada, llamamiento, profesión,
inclinación, tendencia. El antónimo es indiferencia.
Tomé nota de todos y los analicé aplicándomelos. Algunos
me encajan, otros no.
Sentí que no estuvieras aquí para
analizar contigo el contenido de la conferencia y
aclarar mis ideas.
No fui a la berrea porque tenía
mucho que estudiar, aún queda un parcial. Casi lo tengo
preparado, pero falta alguna cosilla.
El día 8 es el aniversario de boda
de mis padres. Ya van 23 años y siguen juntos y en
armonía. Para mí es importante tener una familia unida.
Mañana se van de viaje para celebrarlo, estarán fuera
una semana.
A ver si algún día puedo acercarme
a verte y a disfrutar con Lucero. Gracias por cuidarlo.
Abrazos, tu nieto

De: Tu abuelo
Enviado el: 10 de octubre
Número: 67
Para: Mi nieto
Asunto: La vocación
Ya me había dicho tu padre que
iban a hacer un viaje para celebrar su 23 aniversario de
casados. Me da mucha alegría saber que siguen juntos y
se quieren. Dice un refrán: “la familia unida es lo
mejor de la vida”.
Me parece bien que hayas asistido
a esa conferencia. La vocación es la “inclinación
a cualquier estado,
profesión o carrera”. Para los religiosos es la
“inspiración con que Dios llama a algún estado,
especialmente al de religión”. Esta última acepción
recibe el nombre de llamamiento o convocación. La
vocación es la manifestación de los sueños, anhelos,
inclinaciones, aptitudes, valores, y de todo lo que
lleve a una realización plena y trascendente. Se
descubre la vocación respondiendo a las preguntas ¿quién
soy? ¿cómo soy? ¿a dónde voy? ¿cuál es la razón de mi
existencia?. Las respuestas determinarán la vocación y
el camino a seguir para su realización.
José
Ortega y Gasset entiende la vocación como un
proyecto vital que cada hombre tiene que llevar a cabo a
partir de las circunstancias que le ha tocado vivir.
No debe confundirse la vocación
con el ansia de poder, de riqueza o de notoriedad.
La ambición es entrega a sí mismo, es
actuar en provecho propio, la vocación es entrega a los
demás. La
ambición se basa en lo material, la vocación en lo
espiritual. La vocación es una pasión, una necesidad
interior de realizar una misión determinada en la vida.
Cuando una persona vive siguiendo su vocación, se siente
plenamente realizada. Si la vocación es religiosa y se
lleva a cabo, es la respuesta afirmativa a una llamada
al servicio de Dios, que se siente en el alma y cuya
realización proporciona felicidad, paz, alegría en el
asistencia a los demás y trascendencia, es el
cumplimiento de una misión extraordinaria para la que se
ha sido elegido, que supone una total entrega y produce
una sensación insuperable que no precisa de nada más. La
vocación religiosa es en su esencia una llamada a la
santidad. Juan Pablo II escribió “la
vocación del cristiano es la santidad, en todo momento
de la vida. En la primavera de la juventud, en la
plenitud del verano de la edad madura, y después también
en el otoño y en el invierno de la vejez, y por último,
en la hora de la muerte”.
Una vocación clara y fuerte
necesita ineludiblemente de su cumplimiento. Es un
ardor, una llamarada que inflama la mente y que no
encuentra sentido a la vida fuera de su consecución. No
hay que confundir vocación con fanatismo. El fanatismo
lleva a la crueldad, a la imposición de la idea, al
dominio absoluto de los demás, al odio. El fanatismo es
irracional.
Conseguir una vida conforme a una
vocación requiere esfuerzo, trabajo y constancia. No hay
que dejar que el miedo, la incertidumbre o la pereza,
influyan en la decisión de vivir siguiendo la vocación.
Jamás dejes que el temor al fracaso sea
más grande que la fe.
¡Cuántos proyectos de vida se han
venido abajo por falta de confianza en uno mismo, por la
preocupación por el futuro, o por otras causas! Si se
produce una derrota, la auténtica derrota es no haberlo
intentado, además, una derrota es sólo una experiencia
para seguir luchando con más sabiduría. Que no domine la
ansiedad, es necesario tener paciencia.
Dice George Washington: “Las grandes mentes
tienen objetivos, las demás deseos”.
Creo que tú
has marcado un objetivo, has descubierto tu vocación. Me
has dicho que deseas ser un buen profesional y crear
obras útiles y bellas. También sé que eres creyente y
que procuras cumplir la voluntad de Dios y atender a los
necesitados, lo que es santidad.
Me causa pena y dolor los que
tienen como “vocación” el dinero, los que son
avariciosos. “La avaricia es la
mayor de las pobrezas”.
El 15 de este mes es el cumpleaños
y el santo de tu madre. Ya envié el regalo. Supongo que
lo celebraréis como todos los años. Siento no estar ahí.
Besos, con enorme cariño, tu
abuelo. |