De: Tu nieto
Enviado el: 3 de septiembre
Número: 58
Para: Mi abuelo
Asunto: Las vacaciones. Un compañero
“drogata”
Como te prometí en mi anterior mensaje,
te informo sobre las vacaciones. Fue un verano magnífico. El
tiempo que estuvimos en la playa lo disfrutamos a tope. Los
primeros quince días los pasamos en la Costa del Sol,
recorriendo todo el litoral. Un paisaje bellísimo y un clima
delicioso. Durante los siguientes quince días visitamos
varios lugares de España. Debemos conocer mejor nuestro
país. Por teléfono te comenté las riquezas artísticas que he
visto. Tenemos verdaderos tesoros, joyas maravillosas. Es
para estar orgullosos de ser españoles, nuestra historia es
grandiosa.
Lo malo fue descubrir que uno de los
chicos es adicto a la droga. Cuando nos dimos cuenta,
tratamos de ayudarle, pero es muy difícil, se esconde y lo
niega. Un día nos robó dinero. Se puso como una fiera cuando
se lo reprochamos, pero todos sabíamos que había sido él. No
sé qué va a ser de su vida. No admite consejos… No sabemos
qué camino tomar con él. Lo sentimos porque es de la panda y
un buen chico.
Otro comienzo de curso. ¡Qué lata!
Después del verano crece la pereza. Confío en adaptarme y
tirar para adelante. Así que: Ahora a currar.
Como ves, no me olvido de ti y sigo
cumpliendo mi promesa de escribirte. Es posible que vaya a
verte. Te avisaré.
Tío Ernesto ya no vive en su casa. Mi
tía pasa mucho tiempo conversando con mi padre, creo que
están preparando el divorcio. Yo reinicié la vigilancia,
creo que es importante para saber lo que está haciendo y
maquinando.
Besos, tu nieto

De: Tu abuelo
Enviado el: 5 de septiembre
Número: 59
Para: Mi nieto
Asunto: Tu regreso y la drogadicción
de tu amigo
Me dices que es posible que vengas a
verme. Hace mucho que no te veo. Sí, me has llamado alguna
vez, pero no lo suficiente para saber de ti. Menos mal que
tu padre me informa en sus llamadas diarias y en sus
visitas. ¿Tanto tiempo ocupa hacer una llamada o enviar un
pequeño mensaje? Veo tus comentarios en las redes sociales,
tu contacto con otras personas a las que cuentas tus
andanzas, y me duele tu silencio conmigo. A tu edad no
puedes imaginar lo que significa para los mayores una
muestra de cariño de la persona a la que hemos dado nuestro
amor y muchos días de entrega generosa. No es un reproche
porque no hayas venido a visitarme en el verano, cuando
esperaba con ilusión pasar unos días contigo. También yo, en
mi juventud, hice lo mismo, de lo que me arrepiento. Creo
que se debe enseñar, como una asignatura más, el amor y la
comunicación con la familia. Sé que los mayores no somos
gratos como compañía, aunque estemos bien de salud, ágiles y
alegres. La vejez ahuyenta, pero necesitamos estar en
contacto con los nuestros, sufrimos si la familia nos
margina, lo que es muy normal en estos tiempos. Se desprecia
nuestra experiencia. No se nos escucha y dicen que somos una
lata, un peñazo… ¡Qué triste! Sólo deseamos que los seres
queridos no caigan en errores, errores que hemos cometido, o
no, pero de los que sabemos cuales son las consecuencias.
Gracias a Dios tu padre no es así, se preocupa por mí y
siempre me ha escuchado. Yo solamente deseo saber de ti
directamente, no por tu padre o por terceras personas ni por
tus comentarios en Internet. En fin, dejemos este asunto…
Perdona. Algunas veces me asalta la nostalgia, la pena de
verme ausente de la familia.
Tu amigo tiene un grave problema. Con
la droga se sabe cómo se comienza pero no se sabe cómo se
termina. Tiene dos caminos, seguir consumiendo o dejar de
consumir.
Si sigue consumiendo, se transformará
en una adicción que domine su voluntad, en una dependencia a
la droga, se encontrará con serios problemas económicos, el
deterioro de su salud y su cerebro, e incluso la muerte.
Necesitará cada vez más dinero, lo que le llevará a robar
(quizá su familia no pueda dárselo y, aunque lo tuviera, no
se lo dará si no explica para qué quiere el dinero y no lo
explicará) y, si no paga a los traficantes, es posible que
no se libre de recibir una paliza o algo peor. También puede
que los traficantes, al verle en mala situación económica,
le den droga para que la venda, lo que, normalmente, conduce
a la cárcel. Mientras sea un drogadicto, no puede, o mejor
dicho, no debe formar una familia. Entre otras cosas no
tendrá ganas de trabajar ni de estudiar, su porvenir no será
muy bueno. En cuanto a los fatales resultados para la salud,
están comprobados y publicados en revistas médicas y en
Internet. La droga intoxica, produce cambios fisiológicos y
emocionales. Así es la realidad.
El segundo camino es dejarlo ahora,
dejarlo ya. Cuanto más tiempo tarde será peor. La droga
esclaviza. Al principio sufrirá el síndrome de
abstinencia (una reacción física y psicológica ante
la falta de droga). Hay centros especializados que lo
tratan. Para dejar la droga por sí mismo necesita fuerza de
voluntad. Normalmente, en estos casos, no se tiene fuerza de
voluntad, por lo que hay que recurrir a medidas externas.
Es posible que el origen de la
drogadicción de tu amigo se haya producido por alguna de las
siguientes causas: el ambiente; el querer no ser diferente a
lo que su grupo practique, es decir, el ser un chico “guay”;
el deseo de evadirse de algo que le traumatiza; una falta de
confianza en sí mismo, u otras razones. Debería ir a un
psicólogo o a un psiquiatra, con el fin de encontrar la
causa desencadenante de su drogadicción y así poder
combatirla y recibir un tratamiento adecuado.
Los amigos tenéis la obligación de
aconsejarle y ayudarle, aunque es seguro que no os hará
caso.
Tú tampoco me haces caso en lo de
dejar de vigilar a tu tío…
Sí, sé que tu tía está preparando el
divorcio: abogados, papeles, etc. Me lo ha dicho. Un lío.
¡Qué lástima! Pero se veía venir.
Besos, Tu abuelo. |