De: Tu nieto

Enviado el: 10 de junio

Número: 42

Para: Mi abuelo

Asunto: Ya queda menos para estar contigo

 

Comenté con unos amigos que iba a pasar parte del verano en el campo contigo. Se echaron a reír, no comprenden que dedique las vacaciones a estar unos días con una persona mayor, ellos piensan en viajar y estar con chicas. No perderé el verano por estar contigo parte de él, al contrario, será beneficioso, pasearemos juntos, disfrutaré de la naturaleza y aprenderé mucho con tus experiencias. Luego veré lo que hago, hay tiempo de sobra para viajar, quedar con chicas, o disfrutar con otras formas de estar ocioso.

 

No voy a Irlanda, como había pensado. Quizá recorra España con unos amigos, deseo saber más de mi tierra. Creo que, antes de ir a conocer países extranjeros, se debe conocer el propio.

 

Me pasearé con Lucero. Confío en que no me haya olvidado.

 

Estoy impaciente esperando los resultados de los exámenes. Me parece que serán buenos.

 

Mi hermano se porta mal, a mí no me hace caso y tampoco a nuestros padres. Opino que mi padre siempre fue muy blando con él.

 

Besos, tu nieto

 

De: Tu abuelo

Enviado el: 12 de junio

Número: 43

Para: Mi nieto

Asunto: Los abuelos

 

Te doy la enhorabuena por tu sensatez. Estás en lo cierto, los ancianos somos testigos de la historia de nuestro tiempo y un puente entre el pasado y el futuro. Hemos vivido, por consiguiente, hemos triunfado y fracasado, y podemos ofrecer nuestra experiencia. Sabemos lo que es importante, disfrutamos de lo esencial, somos más libres en nuestros actos y opiniones, estamos en una etapa de plenitud. Tenemos más paciencia para enseñar y soportar los berrinches de los niños, les damos cariño y les comprendemos. Dice el escritor estadounidense Alex Haley: “Nadie puede hacer por los niños lo que hacen los abuelos: Salpican una especie de polvo de estrellas sobre sus vidas”.  Nuestra vida está llegando a su fin y deseamos aprovechar al máximo el tiempo restante, especialmente disfrutando de la familia, que es lo más valioso, y estando cerca de los nietos. Dice el Papa Francisco: “los abuelos son un tesoro” y, en otro discurso, dice “los ancianos son considerados como un peso, mientras que los jóvenes no ven ante ellos perspectivas ciertas para su vida. Ancianos y jóvenes, por el contrario, son la esperanza de la humanidad. Los primeros aportan la sabiduría de la experiencia; los segundos nos abren al futuro, evitando que nos encerremos en nosotros mismos. Es sabio no marginar a los ancianos en la vida social para mantener viva la memoria de un pueblo. Igualmente, es bueno invertir en los jóvenes, con iniciativas adecuadas que les ayuden a encontrar trabajo y a fundar un hogar”.

 

En momentos de crisis económica, los matrimonios se ven en la obligación de contar con los abuelos para el cuidado de sus hijos, mientras ellos trabajan, o tienen que trasladarse a vivir en la casa de sus padres porque no pueden pagar un alquiler, o necesitan disponer del dinero de la pensión de los abuelos para subsistir. Si estas circunstancias sirven para hacer más vida de familia y dar a los abuelos el lugar que se merecen, estoy de acuerdo y me alegro. Sin embargo existe el peligro del abuso o del mal trato. Vivimos en una sociedad que ha abandonado los valores morales y familiares, que está en una completa descomposición moral.

 

En la primera mitad del siglo XXI se perdió el respeto a los padres y a los abuelos y seguimos arrastrando ese mal. Cambió algo por la necesidad de acudir a los abuelos por motivos económicos o de ayuda. Confío en que se les dé el valor y el trato que merecen.

 

El Papa Francisco dice lo siguiente sobre los ancianos: “Nosotros vivimos en un tiempo en el que los ancianos no cuentan. Es feo decirlo, pero se descartan, ¡eh! Porque dan fastidio. Los ancianos son los que nos traen la historia, nos traen la doctrina, nos traen la fe y nos la dan en herencia. Son los que, como el buen vino envejecen, tienen esta fuerza dentro para darnos una herencia noble”. “Un pueblo que no custodia a los abuelos, un pueblo que no respeta a los abuelos, no tiene futuro, porque no tiene memoria, ha perdido la memoria”. “Nos hará bien pensar en tantos ancianos y ancianas, tantos que están en casas para ancianos, y también en tantos – es fea la palabra, pero digámosla – abandonados por sus familiares. Son el tesoro de nuestra sociedad”.

 

Opino que muchos de los males de la sociedad actual consisten en el abandono de los abuelos y el no saber aprovechar su experiencia. Sufro al ver a algunos de mis amigos en residencias de ancianos. Les visito cuando estoy en la capital. El ambiente es muy triste, se mastica la soledad,… las noches son largas y frías y el despertar es muy amargo ciertos días, pues es fácil que la muerte haya visitado a uno de ellos.

 

Me alegra tu decisión de venir a estar conmigo. Intentaré que tu estancia sea agradable.

 

Deseo que obtengas buenas calificaciones. Rezo por ti.

 

Lucero te espera.

 

Muchos besos, tu abuelo

 

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