El diario La Razón de España
dio a conocer el caso de un
nuevo "rey del aborto"
convertido: Stojan Adasevic.
Realizó 48 mil abortos en
total y hasta 35 en un solo
día, es actualmente el
principal líder pro-vida de
Serbia, pero durante 26 años
fue el ginecólogo abortista
más prestigioso de la
Belgrado comunista.
El periódico
español señala que "los libros
de medicina del régimen
comunista decían que abortar
era, simplemente, extirpar un
trozo de tejido. Los
ultrasonidos que permitían ver
al feto llegaron en los años 80,
pero no cambiaron su opinión.
Sin embargo, empezó a tener
pesadillas".
Al
relatar su proceso de
conversión, explica el diario,
Adasevic "soñaba con un hermoso
campo, lleno de niños y jóvenes
que jugaban y reían, de cuatro a
24 años, pero que huían
aterrados de él. Un hombre
vestido con un hábito blanco y
negro lo miraba intensamente, en
silencio. El sueño se repetía
cada noche y despertaba con
sudores fríos. Una noche
preguntó al hombre de negro y
blanco por su nombre.
"Me llamo
Tomás de Aquino", respondió el
hombre del sueño. Adasevic,
formado en la escuela comunista,
nunca había oído hablar del
genial santo dominico, no
reconoció el nombre".
"¿Por qué no me
preguntas quiénes son estos
niños? Son los que mataste con
tus abortos", le dijo Tomás. Adasevic despertó, impresionado,
y decidió no practicar más
intervenciones.
"Ese
mismo día vino a su hospital un
primo con su novia, embarazada
de cuatro meses, para hacerse su
noveno aborto, algo bastante
frecuente en los países del
bloque soviético. El doctor
accedió. En vez de sacar el feto
miembro a miembro, decidió
machacarlo y sacarlo como una
masa. Sin embargo, el corazón
del bebé salió aún latiendo.
Adasevic se dio cuenta entonces
de que había matado a un ser
humano".
Tras ese
macabro episodio, Adasevic
"informó al hospital de que no
haría más abortos. Nunca en la
Yugoslavia comunista un médico
se había negado. Redujeron su
salario a la mitad, echaron a su
hija del trabajo, no dejaron
entrar a su hijo en la
universidad".
Después
dos años de presiones y a punto
de rendirse, volvió a soñar con
Santo Tomás: "eres mi buen
amigo, persevera", dijo el
hombre de blanco y negro. Adasevic se comprometió con los
grupos pro-vida. Dos veces
consiguió que la televisión
yugoslava emitiera la película
de ultrasonidos
"El
grito silencioso", de otro
famoso ex-abortista, el doctor
Bernard Nathanson.
Actualmente el doctor
Adasevic ha publicado su
testimonio en revistas y diarios
de Europa del Este, como la rusa
Liubitie Drug Druga. Ha vuelto
al cristianismo ortodoxo de su
infancia y también ha aprendido
cosas sobre Santo Tomás de
Aquino.
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