De: Tu nieto
Enviado el: 21 de diciembre
Número: 98
Para: Mi abuelo
Asunto: Amor y perdón
Por fin me he enterado de todas las jerarquías eclesiásticas, no lo tenía claro. Debo ampliar la información, como me recomiendas.
El asunto de este mensaje es sobre el amor, el perdón y el Reino de Dios. La razón es que deseo saber más sobre estos temas y también sobre el arrepentimiento. Como vas a venir pronto, prefiero tener tus respuestas por escrito para que, como te dije, poder leerlas cuando lo necesite.
En otros mensajes has escrito sobre el amor, el arrepentimiento y el perdón, pero no sobre el Reino de Dios. Hay muchas opiniones sobre estas cuestiones. Creo que el amor no se puede definir. El arrepentimiento será auténtico cuando duela de verdad lo que se ha hecho y se desee repararlo. En cuanto al perdón, pienso que nunca se perdona del todo, que queda un poso, como cuando te haces una herida y queda la cicatriz.
Yo todavía no he sentido el amor, es decir, el amor de pareja, no sé cómo será cuando llegue. Me he arrepentido varias veces de cosas que he hecho, de algunas he pedido perdón y de otras no. También me han pedido perdón y he perdonado, pero, como te dije, no he podido perdonar completamente, pues la persona que me ha pedido perdón me ha traicionado y ya no tengo fe en ella, no existe la amistad que teníamos antes.
Pronto vendrás y ya no tendré más mensajes tuyos. Aunque estaremos más cerca y hablaremos cuando vaya a verte a tu casa.
Muchos besos, tu nieto

De: Tu abuelo
Enviado el: 22 de diciembre
Número: 99
Para: Mi nieto
Asunto: Re: Amor y perdón y otros temas
Llegaré mañana, tengo preparado lo que voy a llevar, los libros son el problema, constituyen un tesoro para mí y quisiera poder llevármelos todos.
Me pides que te escriba sobre el amor, el arrepentimiento, el perdón y el Reino de Dios. Como ya terminé con los preparativos del viaje, dispongo de mucho tiempo y qué mejor que emplearlo charlando contigo por este medio. Añadiré a tus preguntas los celos, el odio y la envidia.
La mejor definición del amor es la que hace el apóstol San Pablo en la primera carta a los Corintios. Dice así: “Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas. Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto. Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí. En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor” (1Cor. 13).
Esta carta se suele leer en las bodas. También se han compuesto hermosas canciones con su letra. Creo que San Pablo define perfectamente lo que es el amor.
El amor de pareja debe contener todos los ingredientes que cita la epístola de San Pablo. Me dices que no sabes cómo será el amor cuando llegue, cómo sabrás si sientes o no verdadero amor por tu pareja. Es muy difícil saberlo, pero hay señales, por ejemplo si tus sentidos se alteran, si deseas pasar el resto de tu vida con esa persona, si colma tus expectativas de pareja, etc. El amor tiene que sentirse, no puede definirse.
Copio una de las acepciones de la palabra amor que aparece en el DRAE: “Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear”.
Tomás de Kempis escribió: “¡Qué grande es el amor! Hace ligero todo lo pesado y soporta todo lo difícil; lleva el peso sin fatiga y todo lo amargo lo vuelve sabroso”. Y Herman Hesse: “Cuanto más amemos y nos demos, tanto más valor y sentido tendrá nuestra vida”.
Dios nos creó por amor y Él es amor. Para mi el amor es lo más grande, mueve el mundo. Dice Jean De La Fontaine: “Nadie tiene dominio sobre el amor, pero el amor domina todas las cosas”.
Dios hecho niño, nacido en la pobreza, es la más alta manifestación de amor, que se culmina con su muerte en la cruz para salvarnos.
El amor, en sentido cristiano, es universal. La única prueba de ser cristiano es el amor. Iginio Ugo Tarchetti dijo: “Dios nos ha dado un solo camino para la vida, y es el amor; un único camino para la felicidad, y es el amor; y un solo camino de perfección, y es también el amor”
Los diez mandamientos de la Ley de Dios se resumen en dos: “Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”. Es la ley del amor.
Una hermosa frase del Papa Francisco resume y define lo que es el amor: "Jesús ha venido al mundo con una misión precisa: liberarlo de la esclavitud del pecado, cargándose las culpas de la humanidad. ¿De qué manera? Amando. No hay otro modo de vencer el mal y el pecado que con el amor que empuja al don de la propia vida por los demás".
Los celos (me refiero a los celos por amor), en la acepción 7 del DREA, se definen como: “Sospecha, inquietud y recelo de que la persona amada haya mudado o mude su cariño, poniéndolo en otra”.
Los celos son una emoción natural. Nunca deben ser motivados por el egoísmo, ni por un sentimiento de inferioridad o de desconfianza. No deben tenerse celos infundados o exagerados que causan angustia y que pueden dar lugar a una enfermedad y a actuaciones límite, como el asesinato. Jamás te permitas sentir celos. Me dirás ¿cómo hacerlo? Recuerdo un pensamiento que leí hace muchos años y lo guardo en la memoria: “El hombre, que es el rey de la naturaleza, debe ser el rey de sus pensamientos, admitiéndolos o desechándolos a su antojo”. Aleja los celos de tu cerebro y procura informarte bien sobre tus sospechas para actuar de forma que no des ocasión a que los celos te dominen. Es importante tener una relación de confianza mutua. Dijo Salomón: “El amor es fuerte como la muerte; los celos son crueles como la tumba”. El Papa Francisco: “Así funcionan los celos en nuestros corazones, es una inquietud mala”. Advertencia que hace un refrán: “Marido celoso, no tiene reposo”.
El odio es una emoción contraria al amor. Es un sentimiento de “Rechazo o repugnancia frente a alguien o algo” (DRAE). Tratándose de una persona es enemistad con resentimiento y deseo de un mal. Es aversión, ojeriza, hostilidad, es ciego, como el amor. El odio destruye. Aristóteles considera el odio como un deseo de aniquilación… que es incurable. Dijo Mahatma Gandhi: “No dejes que se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores”. Piensa que el odio perjudica al que odia y no perjudica a la persona odiada. No odies, perdona y olvida.
La envidia es definida en el DRAE como: “Tristeza o pesar del bien ajeno” y “emulación, deseo de algo que no se posee”. Palabras del Papa Francisco: “La envidia lleva a asesinar. La envidia lleva al asesinato. Ha sido esta puerta, la puerta de la envidia, por la que el diablo ha entrado en el mundo… Es un veneno fuerte. Es un veneno que encontramos en la primera página de la Biblia con Caín”. La envidia es un pecado capital. Dante Alighieri, en El Purgatorio, define la envidia como "Amor por los propios bienes pervertido al deseo de privar a otros de los suyos". La envidia no tiene relación con el amor, es un sentimiento que suscita ira contra alguien y que produce una enorme amargura e infelicidad. Uno de los mayores males de la sociedad es la envidia, que persigue quitar la reputación a alguien o refutar el éxito ajeno. La envidia nace de insatisfacción, de frustración ante lo que posee otra persona, de inseguridad, de falta de personalidad y confianza en sí mismo. No debe confundirse el odio con la envidia. El odio nace del miedo a perder el amor, la envidia nace de las carencias del envidioso. Según Napoleón: “La envidia es una declaración de inferioridad”. Miguel de Cervantes escribió: “¡Oh envidia, raíz de infinitos males y carcoma de las virtudes!”.
El arrepentimiento es el dolor interior que molesta y fatiga el ánimo por malas acciones cometidas, es el reconocimiento de la culpa. El arrepentimiento conlleva el deseo de reparar el mal hecho. Supone un cambio de conducta. Dices, en tu mensaje: “el arrepentimiento será auténtico cuando duela de verdad lo que se ha hecho y se desee repararlo”. Así es.
Para los cristianos, el arrepentimiento supone un cambio de pensamiento, de actitud y de sentimiento, con el propósito de agradar a Dios, de no volver a pecar. Así leemos en Job 42:6 “Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en el polvo y en la ceniza”. Juan el Bautista comenzó su ministerio diciendo: "Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado" (Mateo 4:17), es decir, que para acceder al reino de los cielos es preciso el arrepentimiento. Jesucristo dijo que el arrepentimiento es necesario para la salvación.
No es lo mismo arrepentimiento que remordimiento. El arrepentimiento es el pesar de haber hecho algo y el deseo de repararlo. El remordimiento es, según el DRAE: “Inquietud, pesar interno que queda después de ejecutada una mala acción”. En el Evangelio hay dos ejemplos claros de arrepentimiento y de remordimiento. Pedro se arrepintió de haber negado conocer a Cristo en el momento de comenzar la Pasión, lloró amargamente, corrigió su postura, reparó su culpa, anunció públicamente la Buena Nueva y continuó amando a Jesús hasta dar su vida. Judas sintió remordimiento de conciencia, se sintió mal por lo que había hecho y se suicidó.
El perdón consiste en no sentir enojo ni resentimiento ni tomar represalias por haber sido ofendido o perjudicado por la persona a la que se perdona. La definición que da el DRAE de la palabra perdonar es: “Dicho de quien ha sido perjudicado por ello: Remitir la deuda, ofensa, falta, delito u otra cosa”.
El perdón no debe confundirse con el olvido de la falta o del perjuicio recibido. Según el DRAE, olvido es: “Cesación de la memoria que se tenía” y “Descuido de algo que se debía tener presente”. Sin embargo, define olvidar como: “No tener en cuenta algo”. Así pues, no se puede olvidar una ofensa porque está en la memoria, pero se puede no tener en cuenta la ofensa recibida, lo que es el perdón.
Escribiste: “no he podido perdonar completamente, pues la persona que me ha pedido perdón me ha traicionado y ya no tengo fe en ella, no existe la amistad que teníamos antes”. Como te dije en otro mensaje, hay perdón pleno y parcial. El pleno es cuando se perdona y se recupera la relación de amistad o confianza. El parcial es cuando se perdona y no se odia al perdonado, pero no se recupera la amistad o la confianza, es tu caso.
El perdón da paz al perdonado y al perdonante. Tanto las religiones como las corrientes filosóficas lo recomiendan, pues es un bien para las personas y para la sociedad. Cristo dijo que se debía perdonar "setenta veces siete" (Mateo 18:22), es decir, perdonar sin medida.
El Reino de Dios en el Antiguo Testamento es el reinado de Dios sobre todas las personas y sobre la creación. El pensamiento de los profetas es que Dios es el Rey Supremo y por Él gobiernan todos los reyes. Leemos en el Libro de los Jueces (8,23): "El Señor será vuestro rey" y "No seré yo el que reine sobre vosotros ni mi hijo; el Señor será vuestro rey". En Ex.15.18: “… El Señor reina por siempre jamás”. Igualmente en los salmos se habla de Dios como Rey: “Dios es mi rey desde tiempo antiguo” (Sal.74.12); “Te exaltaré, mi Dios, mi Rey” (Sal.145.1); “El Señor reina, la tierra goza” (Sal.96.1).
En el Antiguo Testamento se especifica que el Reino de Dios tendrá lugar con la llegada de la fase mesiánica. Isaías (11,4, 5; 9,7) dice sobre el Mesías “juzgará con justicia a los pobres”, “y será la justicia cinto de sus lomos”, “lo dilatado del imperio y la paz no tendrán límite”. El Mesías, con sus palabras y sus obras, con sus signos y milagros, con su presencia y manifestación, y, especialmente, con su muerte y su gloriosa resurrección, hace presente el Reino de Dios.
Juan Bautista anunciaba la llegada de Cristo diciendo: "Haced penitencia porque el reino de los cielos está cerca"
San Mateo dijo que Jesús empezó a predicar con las palabras: “Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos” (Mt.3,2)
El Reino de Dios es un estado espiritual y una meta a alcanzar. Comienza con la conversión, indicada por Juan y por Jesucristo, consistente en ser uno con Cristo, en el reinado de Dios en los corazones, y finaliza alcanzando el lugar en el que Dios reina, el cielo. Juan (Apocalipsis 21,2), escribió: “Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios”.
Jesús habla del Reino de Dios mediante las parábolas y nos indica cómo pertenecer a ese reino. En las Bienaventuranzas hace referencia a las disposiciones necesarias para vivir y entrar en él.
En el Padre Nuestro se pide: “venga a nosotros tu reino”. Rogamos la gracia y la salvación.
Acabo de leer una frase del Papa Francisco, pronunciada en la alocución del Ángelus, que copio porque me gusta y quiero que tú la leas: "¿Qué cosa significa para la Iglesia, para nosotros, hoy, ser discípulos de Jesús Cordero de Dios? Significa poner en el lugar de la malicia, la inocencia; en el lugar de la fuerza, el amor; en el lugar de la soberbia, la humildad; en el lugar del prestigio, el servicio”.
Todo lo que te he escrito, tanto en este mensaje como en los anteriores, no debes tomarlo como exacto, infórmate en libros fiables para un mayor conocimiento de los temas. Nunca des como indiscutible lo que leas, la obra humana está sujeta a error y, a veces, a cierta intencionalidad, por eso forma tu propio criterio basado en el estudio y en la investigación.
Hasta pronto. Con gran cariño, besos, tu abuelo. |