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EL RICO EPULÓN Y EL POBRE LÁZARO
Idólatras del dinero,
de la púrpura, del lino,
reos del poder, del éxito,
llenos de humano egoísmo,
marginamos los tormentos
que sufren los oprimidos,
los habitantes del miedo,
los hambrientos, los mendigos,
los aislados, los enfermos,
los ancianos y los niños.

Olvidamos que a la puerta
nos espera el Infinito,
invoca a nuestra conciencia
con sangre de amor cautivo,
suplica el pan de la tierra
para ser Cuerpo de Cristo.
Le cerramos la cancela
que da acceso a lo más íntimo
para que se quede afuera,
para no escuchar sus gritos.

Decimos, con osadía:
¡Resucita a un muerto, Cristo!,
atiende esta rogativa
y seremos tus discípulos.
Cristo al muerto resucita,
camina fuera del nicho,
vuelven también a la vida
millones que son testigos
de la paz y la alegría
que reina en el paraíso.

Ya hemos visto en esta tierra
a los muertos revividos,
ya Moisés y los Profetas
nos habían advertido:
Si deseáis paz perpetua
abrazad al enemigo,
repartid vuestra riqueza,
llevad la voz del bautismo
y con quién llame a la puerta
compartid el pan y el vino.

E idólatras del dinero,
de la púrpura, del lino,
reos del poder, del éxito,
llenos de humano egoísmo,
nos exiliamos de un cielo
que declaramos ficticio,
y cuando llega el momento
del paso definitivo
pedimos que en el infierno
nos rediman del martirio.

¡Pero de la luz eterna
nos separa un gran abismo!

LA RIQUEZA NO ES MALA
La riqueza no es mala
si se aplica el dinero
en ayudar al pobre
en atender al viejo
en socorrer al niño,
y al que sufre en silencio,
y a todos los hermanos
que requieren consuelo.
La riqueza no es mala
si proporciona empleo
a hombres y a mujeres,
si fructifica el suelo,
si con ella la ciencia
gana conocimientos
para dar a este mundo
salud, paz y progreso.

La riqueza no es mala
si con ella podemos
vivir en hermandad
y hacer un mundo nuevo,
sin envidia, sin odio
al que tiene dinero,
al que hizo su fortuna
con un trabajo honesto.

La riqueza no es mala,
sólo es malo el deseo
de acumular riqueza
sin fin y sin provecho,
sin desterrar el hambre,
sin cubrir al sin techo,
es mala si promueve
las guerras de los pueblos.

La riqueza no es mala
si con ella podemos
vivir en la Unidad,
cumplir con los preceptos,
de nuestro Salvador,
con los diez Mandamientos,
y lograr, en la tierra,
que esté más cerca el cielo.

En mp3, recitada por la autora. Pulsar AQUÍ

Emma-Margarita R. A.-Valdés
email del autor:
universo@universoliterario.net

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