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EL VINO Y EL BORRACHO
Por
Leonardo
da Vinci

Cierta tarde de verano, un
campesino, que había bebido más de la cuenta, ordenó a su
mujer:
- ¡Hala, Tráeme otra botella!
- Bueno, bueno, pero que
conste que es la última -replicó ella al entregarle el
vino-.
- ¡Y qué! -vociferó el
campesino-. Quiero terminar con todo el vino que haya en la
casa.
Y se marchó, vaciando vaso
tras vaso, hasta dejar seca la botella.
Y he aquí que el vino,
ofendido, trató de vengarse del bebedor.
Y cuando el campesino salía
de la casa para tomar un poco de aire y calmar el ardor que
se había adueñado de él, el vino se encargó de hacerle
trastabillar las piernas, lanzándole de cabeza sobre un
maloliente estercolero.
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Los abusos, además
de acabar con el placer,
dejan al hombre a
merced de sus propios excesos.
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