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Poema
para recién casados
Por
Blanca
María Alonso Rodríguez
…Oigo
flotando en olas de armonías
rumor
de besos y batir de alas;
mis
párpados se cierran…¿Qué sucede?
Es
el amor que pasa!.
(Bécquer,
Rima 46)

EPITALAMIO

Si
formáis de dos seres uno solo,
cual
perfecta y purísima amalgama,
y
el respeto es la ley de vuestra historia:
¡Es
el amor que pasa!.
 
Si
estar ciegos podéis ante el defecto
como
madre ante el ser de sus entrañas,
y
tenéis la alabanza como lema:
¡Es
el amor que pasa!.
 
Si
apagáis para siempre el egoísmo
como
el fuego se apaga con el agua,
y
sois más
generosos que exigentes:
¡Es
el amor que pasa!.
 
Si
la ofensa que hiere ya es olvido
porque
el rencor se entierra en la almohada,
y lágrimas secáis con vuestros besos:
¡Es
el amor que pasa!.
 
Si
a la rutina vencen ilusiones
porque
en los dos se escuchan aún las arpas,
y
el silencio fallece entre las sombras:
¡Es
el amor que pasa!.
 
Si
el desaliento llama a vuestra puerta
pero
le respondéis: ya está cerrada,
y
el temor derrotado se retira:
¡Es
el amor que pasa!.
 
Si
al escuchar de música las notas
sentís
que el corazón por dentro canta,
y
voláis con las alas del ensueño:
¡Es
el amor que pasa!.
 
Si
el fruto que veléis bajo la noche
con
lloros o con risas pide nanas,
y
en amoroso dúo veis el cielo:
¡Es
el amor que pasa!.
 
Y
al final, cuando el tiempo deje huella
y
acariciéis arrugas entre plata,
si
la mano ofrecéis a vuestros labios:
¡Es
el amor que pasa!.
 
Blanca
María Alonso Rodríguez

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