Para Mercedes En nuestra excursión campestre
En la tarde feliz y venturosa, comprendido el encanto de tu amor, ¿qué se puede ofrecer que sea mejor que esta vida tranquila. deliciosa?.
En el campo la inquieta mariposa parece revelarnos el primor de aquello que es eterno y superior y escapa a nuestra vista perezosa.
Eres, Mercedes, la única ilusión de mis hondos románticos desvelos en este discurrir de la existencia.
Me lo dice, en verdad, el corazón, y la sombra fatal de necios celos subyugada me deja la conciencia.
|
Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción sin permiso de la autora de la página:
|
||