NO JUZGARÉ A MI HERMANO
Como
juzguéis, seréis juzgados. La paja en el ojo ajeno: Mt 7,1-14; Lc 6,37-42

Del libro "VERBO y verso"
Por Emma-Margarita R. A.-Valdés
  
Yo destrocé claveles y jazmines
cuando debí plantar
rosas en la ceniza.
Sembré un erial en mis senderos.

Rocié la mirada
con la luz de divinos horizontes,
pude ver mi extravío
y tantear la mística experiencia.
Hoy contemplo la vida
con ojos renacidos en la fe.
Aliento del Espíritu
me forma en la justicia y la verdad.

No juzgaré a mi hermano
porque tronche las flores de su vida,
comprenderé su error,
corregiré sus faltas
fraternalmente, es la divina orden
del amor sin medida.

Le diré con amor
lo que Dios le ha donado
en el jardín efímero del tiempo,
armonía creada
para el justo deleite en el camino.
Perfección
que nuestra humana libertad tritura
sin reparo.

No esperaré azucenas ni amapolas
ni estéril complacencia
por compartir la Luz con mis hermanos,
sólo el deber cumplido
será mi galardón.
 
Emma-Margarita R. A.-Valdés

Del libro "VERBO y verso"
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