HOY LA LEY TE HACE HOMBRE

Por

Emma-Margarita R. A.- Valdés

 

Eres tierra preñada de simiente

con vigor abrasando en tus entrañas,

vibrante juventud que busca y siente

el sublime destino de las almas.

 

Eres roble creciendo recto al cielo

con ramas orientadas al azul,

tu raíz es profunda bajo el suelo

y tu savia es un río de inquietud.

 

Eres ola encrespada en mar incierto

con el germen intacto, fecundante,

en marea de espuma vas al puerto

de la paz y del bien, inexorable.

 

Eres luna de noche transparente

con tu faz alumbrada por el sol;

en la negrura faro refulgente, 

excitado en la hoguera del amor.

 

Eres aire llenando los espacios,

con tu invisible fuerza sopla el viento

que arrastra a los escépticos reacios

y expresa la verdad del credo eterno.

 

Eres flor del jardín de un loco sueño

con pétalos que emanan la pureza;

pincelada de luz, lirio pequeño

en el tenue paisaje de acuarela.

 

Eres fuente que mana cristalina

con mensaje de siembra en el desierto,

raudo caudal de plata peregrina

al delta del remanso, del sosiego.

 

Eres paloma en vuelo al infinito,

con alas de ideal renovador,

tras la huella de tu guardián bendito,

elevas tu sensible corazón.

 

Eres risa en radiante sinfonía

con arpegios sonoros de esperanza,

campanario de gracia y armonía

para el bronce tañer de las plegarias.

 

Eres beso inocente de la infancia

con aroma de místico candor,

ese beso que acorta la distancia

que separa a la humanidad de Dios.

 

Eres imagen limpia de lo autentico,

con tu mano extendida hacia el hermano

quieres cambiar un ámbito esperpéntico

y te entregas feliz, apasionado.

 

Eres talento firme sobre el caos

con tesis natural arrinconada,

un capitán fantasma de las naos

pilotadas con rumbo a la añoranza.

 

Eres idea libre de cadenas,

con genio creador de nuevos mundos

rompes rancios conceptos, viejas penas,

lastre del hombre esclavo y taciturno.

 

Eres alma gritando lo inaudito

con absoluto espíritu inmortal,

abandonas lo agónico marchito,

te afanas en futura realidad.

 

Eres voz que encarnó en el firmamento

con lenguaje cargado de sentido,

filigrana, sutil encantamiento,

sortilegio de sílabas magnífico.

 

Eres la juventud que emerge y lucha

con abono animal de antiguos retos,

en tus brotes la Inmensidad se escucha

y tu fruto será manjar selecto.

 

Eres hombre hoy por Ley, no lo suscribo,

con sólo tantos años como estrofas

de este amante poema que te escribo,

eres niño que a hombre evoluciona.

 

Serás hombre, hijo mío, si persigues,

con la entidad de Dios que llevas dentro,

cumplir tu alta misión, y al fin consigues,

siendo grande amoldarte a ser pequeño.

Emma-Margarita R. A.- Valdés

Del libro "Maternidad..., es poesía"

 

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