DESTINO DE AMOR
(Inspirado por el artículo "Emaús",
de Antonio Orozco-Delclós)

El asombro dilata mis pupilas.
Un destello infinito,
voz, arpegio de luz,
crea mi ser: Palabra sobre el limo.

Pensamiento de amor
que pronuncia mi nombre y me levanta,
y me sigue pensando,
y soy estrella lúcida en mi nada.

Mi raíz terrenal
ahonda en el misterio.
El eco se hace grito dominante:
crearé el paraíso en mi terreno.

El primer árbol muere,
las ramas olvidaron su destino.
Mi néctar temporal suplica, ruega
su célico rocío.

La Voz envía la lluvia,
injerta nueva savia en vieja tierra;
sangre y agua inmortales
para abonar mi pálida cosecha.

Me colma de esplendores,
me unifica con su alta melodía,
soy música del cosmos
acompasada al ritmo de la Vida.

Me alimenta su Pan,
me crea día a día su Palabra,
me llama, me enamora,
cesó la densidad de la distancia.

No vivo en soledad
ni temo al tiempo
que ha dejado de ser mortal frontera,
soy lucero del nuevo firmamento.

Universo de luz,
sílaba de sus labios, me dio nombre
su amor que amó, que me ama y sigue amando
y me inunda de místicos fulgores.

Emma-Margarita R. A.-Valdés

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A.-Valdés
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