Hijo, es mi carne cuna de tu suerte,
en mi entraña se engendran tus albores,
no importan sacrificios y dolores
para un alma de Dios y un cuerpo fuerte.
Sufro ansiedad, angustia, por quererte,
abeja libadora de mis flores,
pues me darás la miel de tus amores
o la cera del cirio de mi muerte.
Aclaraste de golpe mi destino,
me embriago con tu aroma de azahares
y eres la luz del sol de mi camino.
Serás mi ofrenda libre, pan y vino,
miel y cera de eternos colmenares,
el indulto de amor, el don divino.

Emma-Margarita R. A.-Valdés

Anterior
Siguiente
Portada
"Maternidad..., es poesía"
Índice
"Maternidad..., es poesía"
Postales con las poesías de este libro
Libros de Emma-Margarita R. A.-Valdés
Portada
general

Si
quiere enviar un mensaje recomendando
estas páginas,
pulse
AQUÍ
Añada
este sitio a sus Favoritos

Pintor: Vicente Romero