EXISTIR
Por
Emma-Margarita
R. A.-Valdés
Rey
de la tierra y del cielo
derrochas
en mí tu gracia
y
me das en la desgracia
la
esperanza y el consuelo.
En
la noche, en mi desvelo
sufriendo
mi senectud,
recuerdo
mi juventud
llena
de ilusión y brío,
que
se ha ido como un río
con
mi fuerza y plenitud.
Lentamente,
día a día,
voy
perdiendo facultades,
pero
encuentro en tus verdades
la
razón de esta agonía:
soy
pan de tu Eucaristía.
Mi
ir muriendo es revivir,
es,
poco a poco, sentir
más
próxima tu presencia
y,
por tu benevolencia,
al
final, en Ti, existir.
Lo
que soy Tú me lo has dado,
el
cuerpo, el conocimiento,
el
espíritu, ese aliento
de
tu amor inmaculado.
Como
Padre me has cuidado
durante
toda mi vida
y
me has curado la herida
del
pecado original,
pues
con mi carne mortal
fue
en Ti mi alma redimida.
De
una mujer has nacido
para
vivir desde niño
desvelando
tu cariño
a
un mundo ensoberbecido.
En
la Cruz has ofrecido
tu
cuerpo, tu juventud,
un
modelo de virtud
para
nuestra salvación,
sufriendo
la humillación
y
la humana ingratitud.
Yo,
que vivo todavía,
que
he llegado a la vejez,
tengo,
por mi madurez,
conciencia
de la alegría
que
es cederte día a día
lo
que de Ti recibí,
no
lo pierdo, es para Ti,
es
una ofrenda de amor
que
en tu martirio y dolor
me
enseñaste y comprendí.
Con
ilusión te voy dando
el
poder de mis sentidos,
están
sordos mis oídos,
mi
olfato se va acabando,
no
gozo paladeando
los
manjares de la vida,
no
veo la amanecida
y
en mis dedos se adormece
la
sensación que estremece,
pero
siento tu crecida.
Así
haré mi último viaje
a
tu reino celestial,
con
el alma original
muy
ligera de equipaje.
Recobraré
mi linaje
y
volveré a sonreír,
a
cantar, a bendecir
tu
nombre, por tu bondad,
pues
tu generosidad
me
salvó para existir.
Emma-Margarita
R. A.-Valdés
Esta poesía, en mp3, recitada por
la autora
Del
libro "Versos de amor y gloria"
Biblioteca
de Autores Cristianos (BAC)
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