Mi inquieto corazón te reconoce
en la voz escondida en mis almenas,
eres mi amante eterno, me enajenas,
sin tu rumor nada hay que me alboroce.
La experiencia de tu divino roce
estremeció acitaras agarenas,
removió mi alacet, y sin cadenas
dejas que libremente en ti retoce.
Resuena tu pasión en mi horizonte
con ecos de arco-iris en el cielo,
me canta la esperanza irrenunciable.
Asciendo hasta la cima de tu monte,
busco tu azul palabra sobre el hielo
yacente en tu volcán inagotable.
Emma Margarita R.A.-Valdés
Del libro: "Algarabía"
Editorial: Obra Social y Cultural de Cajasur.
Prohibida su reproducción sin expreso consentimiento.
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