VERSIFICACIÓN
Por
Emma-Margarita R. A.-Valdés
La versificación regular o silábica es
la más habitual. La versificación cuantitativa, por sílabas largas y breves, era
utilizada en la poesía griega y latina. La medida de los versos se realizaba por pies
métricos, conjuntos de sílabas de distinta duración. Tenía como base la cantidad
prosódica o cuantidad, consistente en el tiempo que duraba la pronunciación de las
sílabas, como en los compases musicales; así las sílabas se clasificaban en breves (un
tiempo), señaladas con una línea curva, y largas (dos tiempos), señaladas con una
línea horizontal. En la pronunciación de ambos idiomas se percibía perfectamente la
cantidad silábica, y el verso nacía de la adecuada combinación de sílabas largas y
breves.
Los pies métricos mas divulgados son:
Yambo: Formado por una
sílaba breve y una larga
Troqueo: Una sílaba larga
y una breve
Espondeo: Compuesto por
dos sílabas largas, era igual, en cuanto al valor rítmico y al cómputo
métrico, que el dactílico.
Dactílico o dáctilo:
Formado por una sílaba larga y dos breves
Anapesto:
Dos sílabas
breves y una larga
Anfíbraco: Una breve, una
larga y una breve
El verso latino más importante es el
hexámetro, formado por seis pies.
En castellano no tenemos muestras de esta
versificación. La versificación castellana no es cuantitativa, es cualitativa, pues la
distinción entre las sílabas la establece el acento, no la duración
(tónicas y átonas).
La versificación cualitativa
apareció con las lenguas romances o románicas. Está basada en las sílabas,
acentos, pausas, y rima. La versificación
cuantitativa dio paso a la cualitativa. Desde 1835 se sustituyó definitivamente la
cantidad por la intensidad, dando lugar a un nuevo sistema de versificación silábico y
acentual, en el que los pies se transformaron en cláusulas de sílabas fuertes y
débiles, tónicas y átonas, manteniendo los mismos nombres que los pies. Los tipos rítmicos son:
Trocaico: óo
Yámbico: oó
Dactílico:
óoo
Anapesto: ooó
Anfíbraco:
oóo
El ritmo:
Según el
DRAE, es la "grata y armoniosa combinación y sucesión de voces y cláusulas y de
pausas y cortes en el lenguaje poético y prosaico". El ritmo se aplica a partir del
primer acento rítmico. Las sílabas anteriores a este primer acento, al igual que en la
frase musical, se las considera previas o introductoras del ritmo. Este período recibe el
nombre de anacrusis. Si la primera sílaba del verso es tónica, carece de anacrusis. A
partir de la primera sílaba tónica hasta la última sílaba tónica del verso se cuenta
el período rítmico interior. Desde el acento final del verso, sumándose la sílaba
acentuada, hasta la sílaba acentuada del verso siguiente, es el período rítmico de
enlace. El cómputo del período rítmico se realiza a partir de la primera sílaba
tónica del verso, desde el primer acento rítmico. El cómputo silábico del verso, en
cambio, parte desde la primera sílaba gramatical.
Las cláusulas gramaticales del verso
pueden coincidir o no con las cláusulas rítmicas. Las cláusulas rítmicas comienzan en la primera sílaba tónica, estando en anacrusis las
sílabas anteriores a la tónica; sin embargo, las cláusulas gramaticales se miden desde
la primera sílaba del verso, sólo coinciden en el caso de que la primera sílaba sea
tónica.
Las cláusulas están
formadas por grupos de hasta cuatro sílabas. Según su percepción rítmica, las
cláusulas pueden ser:
-
de tiempo marcado o principal: el
acento recae sobre la primera sílaba de la cláusula, siendo el pie rítmico
trocaico (óo) o dactílico (óoo)
- de tiempo débil o secundario: el
acento no recae sobre la primera sílaba de la cláusula, siendo el pie rítmico yámbico
(oó), anapesto (ooó) o anfíbraco (oóo)
La cantidad
del verso
es la duración del período rítmico, en función de la duración de sus cláusulas y de
las sílabas que la formen. Las cláusulas tienen una duración más musical que las
sílabas, por su similitud, especialmente las del mismo pie. La cantidad de un verso se
mide por la suma de la duración de sus cláusulas, que establecen un compás, un período
rítmico. Los períodos rítmicos se componen de uno a cuatro tiempos. La cantidad fónica
resultante de la agrupación de los fonemas en una unidad métrica se mide como si
estuviera dentro de un compás musical.
La cadencia
poética la
define el DRAE como "serie de sonidos que se suceden de un modo regular o medido.
Proporcionada y grata distribución o combinación de los acentos y de los cortes y
pausas".
Tono:
Es la cualidad de
los sonidos, dependiente de su frecuencia, que permite ordenarlos de graves a agudos. En
función del número de vibraciones por segundo, son tonos agudos los que tienen mayor número
de vibraciones (cuerdas vocales tensas), son tonos graves los de menor número de
vibraciones por segundo (cuerdas vocales flojas).
El tono, en la obra poética, viene a
ser, como en la pintura, la combinación armoniosa del grado de color y de claroscuro en
cada parte del verso, en relación con la armonía de su conjunto. La vibración producida
por la entonación de los sonidos origina una respuesta cromática y musical en su
percepción. La obra poética es una sinfonía de color y sonido. Cada palabra está
formada por letras con distintas vibraciones, que dan lugar a diferentes colores y a
diferentes notas musicales, su unión en la palabra hace que ésta adquiera un color y una
nota dominantes. El conjunto de colores y notas musicales determina la sensación que el
poema produce y su integración en los ritmos vitales del ser humano.
La vibración de las letras origina los
siguientes colores y notas musicales:
A,H,O,V: Color añil. Nota La
B,I,P,W: Color violeta. Nota Si
C,J,Q,X: Color rojo. Nota Do
D,K,R,Y: Color naranja. Nota Re
E,L,S,Z: Color amarillo. Nota Mi
F,M,T : Color verde. Nota Fa
G,N,U : Color azul. Nota Sol
Hay que tener presente el sonido de la
letra.
Está comprobado que los colores influyen
en el ánimo. Un poema en el que el color predominante sea el rojo, la sensación, en su
aspecto positivo, será de fuerza, valor, determinación; en su aspecto negativo,
violencia, odio, desesperación, sensualidad; es un color cálido, que se utiliza para
crear un ambiente excitante.
Ejemplos:
1º)
a) Dios:
- Notas: Re-Si-La-Mi. Nota predominante:
La (según el acento)
- Colores:
naranja-violeta-añil-amarillo. Color predominante: añil
b) God:
- Notas: Sol-La-Re. Nota predominante: La
- Colores: azul-añil-naranja. Color
predominante: añil
El añil se asocia a un sentido pionero y
de unidad, también a elocuencia, intuición, lucidez.
2º)
a) María:
- Notas: Fa-La-Re-Si-La. La nota
predominante es: Si. Por la repetición adquiere fuerza la nota: La (coincidiendo con la
nota predominante de Dios y God).
- Colores:
verde-añil-naranja-violeta-añil. Color predominante: Violeta. Por la repetición
adquiere fuerza el color añil.
El color violeta se asocia con las
cualidades más elevadas, respeto a la vida en todas sus manifestaciones, brillantez
mental, bondad superior. El color añil, es el mismo que predomina en Dios y en God.
b) Mary (Mery):
- Notas: Fa-Mi-Re-Re. Nota predominante:
Mi
- Colores:
verde-amarillo-naranja-naranja. Color predominante: amarillo
El color amarillo se asocia con el sol,
es un reflejo del sol, supone una mente abierta. El color naranja se asocia al espíritu
constructivo, a la sociabilidad, a la alegría.
El tono tiene, además, otras variaciones
que fortalecen la melodía de la composición poética, como son:
-
La duración o longitud del grupo
fónico, de la medida del verso, que origina tonos bajos o altos.
Un verso formado por
muchas sílabas, sin pausas, tendrá un tono bajo, indicado para temas solemnes,
trascendentes, como el endecasílabo. Un verso formado por grupos fónicos menores,
tendrá un tono alto, indicado para temas populares, fáciles de integrarse en el ser
humano, como el octosílabo.
-
La duración de la pausa final del
grupo fónico, que hace descender el tono. La pausa versal baja el tono, pero la pausa
estrófica es mayor y, por consiguiente, desciende más el tono.
-
El significado del grupo fónico, en
función del cual la oración adquiere su propio tono. Cuando el enunciado es una
afirmación, el tono desciende; si es una interrogación, asciende, excepto si lleva una
partícula interrogativa, que hace descender el tono; si se expresa una duda, el tono
termina en suspensión. La sucesión de tonos en la oración, la línea melódica,
determina la entonación.
La entonación
es la línea
musical que adquieren las oraciones:
- enunciativas, afirmativas y negativas
- interrogativas, directas e indirectas
- imperativas o exhortativas
- exclamativas
- dubitativas
- optativas o desiderativas
En la oración enunciativa,
si está formada por un solo grupo fónico (fragmento de discurso comprendido
entre dos pausas), el tono comienza por debajo del normal, logra el tono
normal a partir de la primera sílaba acentuada y desciende a partir de la
última sílaba acentuada. Si la oración comienza por sílaba acentuada,
igualmente se pronuncia con un tono por debajo del tono normal.
En la oración interrogativa,
el tono comienza por debajo del normal, sube por encima del tono normal
desde la primera sílaba acentuada, desciende hasta llegar por debajo del
tono normal a continuación de la primera sílaba acentuada hasta la penúltima
sílaba, vuelve a elevarse intensamente en la última sílaba acentuada. La
entonación de las oraciones interrogativas varía si la respuesta esperada es
afirmativa o negativa, y según se trate de uno o más grupos fónicos.
En la oración imperativa o
exhortativa, y en la oración exclamativa,
la
entonación es muy similar. Comienza subiendo hasta llegar por encima del
tono normal en la primera sílaba tónica, y a partir de ella desciende
bruscamente, o bien se inicia ascendiendo hasta la palabra que se desea
resaltar y desciende inmediatamente hasta un tono más bajo del normal.
En la oración dubitativa,
en la optativa y en la desiderativa, el tono es
ondulante y termina en suspensión
La entonación es un recurso de la
expresividad fonética. En el lenguaje poético adquiere una mayor relevancia, la lectura
del verso se enriquece con la entonación que, dependiendo del lector, presenta diversos
ángulos interpretativos. Los ascensos o descensos respecto al tono normal, expresan los
diversos matices espirituales, con entonaciones suaves o ásperas, rápidas o lentas,
melodiosas o inarmónicas, encendidas o apagadas.
Emma-Margarita R. A.-Valdés
En función de lo anteriormente expuesto,
entraremos a estudiar los pilares fundamentales y secundarios del verso.
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