SEÑOR, TE BUSCO DE
NOCHE
(Sobre
la visita de
Nicodemo a Jesús: Jn 3,1- 21)
Del libro "VERBO y verso"
Por
Emma-Margarita R. A.-Valdés

Yo sé que Dios
está contigo,
eres uno con Él,
tus señales
alumbran la noche de las almas.
En densa
oscuridad llamo a tu puerta,
deseo renacer de
las cenizas,
ser un niño
inocente
y recibir la luz
de tu Palabra.
Rabbí, dame tu
luz,
aléjame de
errores y tinieblas
para nacer de lo
alto en la virtud.
Llegué a Ti por
la noche
y amaneció en mi
alma tu Palabra.
Me acogiste en tu
casa sin reproche
No me juzgues por
mi ignorancia,
por ser materia
efímera.
Quiero surgir del
agua y del espíritu,
que el viento
sople sobre mi desierto
y un rocío de
amor
reverdezca las
hojas del otoño.
Floreceré en tu
Espíritu,
alcanzaré tu
reino, tu heredad,
porque tú eres de
Dios celestial Hijo.
Me ofreces tu
indulgencia
y serás elevado
en sacrificio
sobre el altar de
ingrata indiferencia.
Has venido,
Señor, mi Dios,
para salvar al
mundo
y serás levantado
sobre el páramo
de los seres que
ignoran
el Sol disipador
de las tinieblas.
Buscaré la Verdad
en las obras de
tus divinas manos
y en el fuego
infinito de tu verbo.
Tú eres el
Maestro,
el Padre está
contigo y te bendice,
Para ser tu
discípulo me adiestro.
Señor, yo no soy
digno
de no ser
sentenciado por mis faltas
por creer en tu
Nombre y en tu signo.
Me das la nueva
vida,
me abres las
puertas santas de tu Reino.
Intentaré, Señor,
cerrar tu herida.
Música: "Etz Chaim". (Hebrea)