Péscame
con red de amor, pescador,
sácame
del mar de lágrimas,
ponme
en la canasta de tu corazón.
Que
traigan los ángeles tu blanco fulgor
para
iluminar las olas
con
brillantes perlas de paz e ilusión.
Extiende
tu mano, mi buen pescador,
líbrame
de las mareas
del
mundo y la carne, de la tentación.
Repuebla
las aguas con celo y valor.
Llévame
a la playa ardiente
de
tu sacrificio, de tu redención.
Péscame
con red de amor, pescador,
y
cuando al final elijas,
siéntate
en la arena al sol del perdón.
Emma-Margarita
R. A.-Valdés
Del
libro "Versos de amor y gloria"
Biblioteca
de Autores Cristianos (BAC)