VIDAS ROTAS
Por
Fermín R. Losada

En cierto día, de labor constante,
de continuo sufrir, vida agotada,
un gran amor, que sólo fue mirada,
en él clavó sus garras, penetrante.
Ya de la triste realidad distante,
lucha cruel, jamás imaginada,
debe librar, con alma resignada,
el que nunca será sincero amante.
Este idilio fugaz, de peregrino,
es llama viva de febril quimera,
fatal engendro de tan frágil pecho.
Fuerza es dejar, al borde del camino,
la muy graciosa flor de primavera,
que repose feliz en manso lecho.

Fermín R. Losada

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Emma-Margarita R. A.-Valdés
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