El plato Por
Mi amiga compró un plato. -¡Irrompible!, dijeron- Era de un material muy caro y muy moderno.
Con enorme ilusión lo estrenó en el almuerzo, lo cuidó con cariño, con paciencia, con celo, pues aunque ella sabía no podía romperlo, temía que ocurriese por ser invento nuevo, era el único plato en lo malo y lo bueno.
Plato para una vida, con caviar o puchero, para un día de fiesta, para un día de duelo.
Mas a los pocos meses se le fue de los dedos y en el suelo brillaron millares de fragmentos. Finísimos cristales taladraron su pecho, socavaron su casa, angustiaron sus sueños, y siguen aún clavados en todos sus senderos.
Son los tiempos actuales con sofismas y cebos, atractivas mentiras que dan malo por bueno.
No rompe de esa forma un plato de otros tiempos, se podía arreglar con un buen pegamento. Quedaban las señales como un viejo recuerdo de errores que no deben cometerse de nuevo, pues su materia es frágil y merece el esfuerzo.
Por eso, amiga mía, aunque no sea moderno, no enmiendes, que este plato debe ser duradero.
Libros de Emma-Margarita R. A.-Valdés Si quiere enviar un mensaje recomendando estas páginas, pulse AQUÍ Añada este sitio a sus Favoritos
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