PAZ CONVENTUAL
Por
Emma-Margarita R. A.-Valdés
Paz
conventual de místico sosiego,
de
bóveda y jazmín,
el
aire huele a cielo,
aletea
en el claustro un querubín.
El
pensamiento vaga,
denso
caudal de esencia trascendente,
por
paisajes inéditos del alma
ocultos
a la mente.
Está
varado el tiempo
en
arcos ojivales de la vida,
tiene
voz el silencio,
la
idea delirante está dormida.
Afuera
grita el mundo decadente
con
la carne exaltada,
que
gime y se retuerce
por
la frivolidad desesperada.
En
la paz del convento
toda
la creación es poesía,
es
música armoniosa el universo
y
el dolor, alegría.
Emma-Margarita R. A.-Valdés
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