EN TU PATENA

Por

Emma-Margarita R. A.-Valdés

Me arrepiento, mi Dios, de mis pecados

de pensamiento, de obra y de omisión;

imploro a tu Sagrado Corazón

y por tu caridad son perdonados.

Tu Palabra me colma de esperanza,

es célico caudal, filosofía

para un mundo de paz y de alegría,

de celestial sosiego, de templanza.

Es mi ofrenda ponerme en la patena

junto al pan que será tu Cuerpo Santo;

quiero entregarme entera, ¡te amo tanto!,

¡lígame al pan bendito de tu cena!.

Mi Señor, cuando el pan tu Cuerpo sea,

que yo sea otro Cristo para el mundo,

¡llena de Ti mi cuerpo vagabundo!,

proclamaré la Gloria de tu oblea.

Comparto tu condena y tu suplicio

si pongo en tu patena mi dolor,

y mi espíritu en Ti es corredentor

al unirme a tu humano sacrificio.

Una vez que en mí habites, en Ti creo,

me entregaré en sustento a mis hermanos,

como Tú ofreceré mis nuevas manos

al servicio de amor, del que eres reo.

Mi pequeña semilla de mostaza

crecerá vertical con tus raíces,

sembrada en la patena que bendices

con tu dulce presencia se solaza.

Perdure en mí el sabor a Luz, a Altura,

en mi voz, el perfume de tu brisa,

tu frescor de rocío en mi sonrisa

y en mis ojos se irradie tu hermosura.

Emma-Margarita R. A.-Valdés

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Contenido

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