MI CRECIDA DE AMOR (Ap 22,1; Gn 2,1; Sal 45,4; Ez 47)
Por
Desperté del sinuoso cansancio de llanuras. Amanecí en el delta de tus brazos. Hoy somos mar y nube y fuente y arroyuelo y alta cascada herida por las rocas. Tu diluvio interior llena mi cauce y se une mi final con tu principio.
Acerco tu oleaje a la tierra agostada, desbordo la palabra por los surcos. El agua consagrada de tu costado hendido abona con sus algas la promesa. Soy torrente, clamor hacia tu océano que me llama al oasis de mi origen.
Mi crecida de amor lleva humedad salobre de tu divina orilla. El sol viste la niebla para la blanca boda de la espuma y, en el árbol cautivo del monte desterrado, madurarán los frutos de la gloria.
Del libro "Versos de amor y gloria". Biblioteca de Autores Cristianos, BAC
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