SEÑOR, PUEDES LIMPIARME
Del libro "VERBO y verso"
Por
Emma-Margarita R. A.-Valdés
Bajaste de tu monte,
oíste mi plegaria,
me limpiaste la carne,
purificaste mi alma.
Me das la nueva vida
bajo el sol de tu gracia.

Cuando llegó hasta mí
tu ternura, tu dádiva
me libró de mi angustia,
mi dolencia, mi mancha
y brotó en mi interior
celestial esperanza.
Hoy sé que tú eres Dios,
loaré tu palabra
y ante los sacerdotes,
palacios y cabañas,
la seguiré anunciando
por monte y hondonadas.
TU CAUDAL
En yermo sufrimiento,
los agónicos cuerpos infectados
reclaman a las nubes
el agua transparente que lave su
inmundicia

Y llega tu caudal
con la fuerza de tu entidad divina.
Lavas las viejas úlceras
de la herrumbre del mundo.

Arrancas vestiduras,
testigos de anteriores dependencias.
Con nuevos atavíos
engalanas los cuerpos restaurados
y exhiben sus laureles
cantando maitines
Tu caudal es destino
de miles sufridores que te buscan
y encuentran en tu río
el agua de la Vida

Tú, en soledad, te acercas
al Padre que dirige tus jornadas.
Un coloquio sagrado
que eleva la materia y diviniza
tu humana y transitoria cualidad.

Emma-Margarita R. A.-Valdés
email del autor:
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