HAY PAZ AL FINAL DEL INFIERNO (Lc 23,43)
Por
Hay
una rubia playa
al
final del océano;
la
brutal marejada,
el
oleaje gris,
lamerá
suavemente
sus
arenas doradas.
Hay
un tranquilo valle
al
pie de la montaña;
esos
riscos salvajes,
secos,
deshabitados,
serán
lecho en el césped
donde
la flor renace.
Hay
un cálido lago
entre
cimas heladas;
la
nieve, frío andrajo
del
inhóspito invierno,
bajará
transparente
hacia
el postrer remanso.
Hay
un bello arcoíris
de
múltiples colores;
la
tormenta que gime
entre
luces y sombras
cesará
en el oriente
de
sus lágrimas tristes.
Hay
una paz eterna
al
final del infierno;
el
dolor de la senda
cuando
el alma despierte
será
paz y alegría
en
la materia absuelta.
Libros de Emma-Margarita R. A.-Valdés
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