GOTAS
DE NAVIDAD
Por
Emma-Margarita R. A.-Valdés

Ave,
fiel María,
mística
azucena,
célica
pureza,
de
gracia bendita.
A
Dios dices fiat
y
por tu largueza
gestas
a "El Mesías".

Con
San José ha florecido
el
lirio de la pureza,
es
el varón elegido
para
cuidar la Belleza.
El
aura de santidad
resplandece
en su cabeza,
su
obediencia y su bondad
son
la luz de su grandeza.

Cantan
los ruiseñores,
florece
el lirio,
un
varón santo y fuerte
cuidará
al Niño.
A
San José
Dios
le encarga que vele
la
Paz y el Bien.
María
es elegida
virgen
y madre,
y
San José, su esposo,
el
casto padre.
Noble
José,
disfrutará
del gozo
nuevo
en Belén.

Viaja el
Amor
y salta de
alegría
el
precursor.
¡Feliz
encuentro!.
María, el
Salvador
está
en tu centro

Un
despertar de párpados confusos
asolan
a José.
En
su pecho aletean
palomas
indecisas sin destino.
Noticias
de la luz
pueblan
de resplandores sus contrarios
con
claridad de nido.

A
José dice el ángel
que
está en María
el
salvador del mundo,
el
Rey Mesías.
Y
sus grandes temores,
ciegas
espinas,
se
alejan de su mente
¡Cuánta
alegría!.

En
Belén de Judá
nace
el Mesías,
en
nueva humanidad
siembra
alegrías.
Entre
pañales
late
la libertad
de
los mortales.

Un
ángel da la Nueva
a
los
pastores,
que nació el Rey de reyes,
digno
de honores.
¡Gloria
a Dios! ¡Gloria a Dios
en
las alturas!
¡Paz
a los hombre buenos!
¡Paz
y venturas!
De
los pastores
hizo
Dios los primeros
adoradores.

Suavidad
y ternura,
florecida
dulzura
de
amor de madre al hijo.
Virginal
hermosura
que
al Niño da cobijo.

Camino de
Belén
van los
pastores,
las ovejas
retozan
por los
alcores.
Una
estrella señala
con sus
fulgores
que ha
nacido el Mesías
Amor de amores.

El Niño
Jesús dormía,
los ángeles
le cantaban,
los
pastores le adoraban
y la Virgen
sonreía.

Está
el Niño Jesús
en
el pesebre,
vienen
a visitarle
siervos
y reyes.
La
estrella brilla,
nos
señala el camino
de
la alegría.
La
Buena Nueva
por
el mundo se extiende
¡el
Amor llega!.

¡Vamos,
vamos ,vamos!
vamos
al Portal,
que
el Niño Jesús
nos
quiere abrazar.

¡Vamos,
vamos ,vamos!,
vamos
a Belén,
que
el Niño Jesús
nos
trae Paz y Bien.
Cantemos,
cantemos
al
Niño Manuel,
que
viene del cielo
con
fuego y laurel.

Cantemos,
cantemos
al
Niño Manuel,
que
trae el lucero
del
amanecer.

El
Niño nos bendice
con
su manita
y
sus ojos sonríen
cuando
nos mira.
Le
ofrecemos juguetes,
sábanas
limpias,
y
lo que el Niño quiere
son
más caricias.
Viene
en misión de amor
desde
otra orilla
para
dar el perdón,
cerrar
la herida.

En
esta noche de Reyes,
todo
mi oro incienso y mirra,
si
el buen Niño-Dios lo quiere,
sea
suyo con mi vida.
Circuncisión.
Bautismo
de agonía,
presentimiento
de
azotes y de clavos,
de
espinas y lanzada.
Esta
sangre infantil
es
inicial ofrenda,
néctar
de amor cautivo
en
el ara del mundo.
Hacia
el templo, María,
vas
con el Hijo.
Allí
está Simeón,
siervo
bendito.
Te
anuncia un gran martirio.
Será
el dolor
causa
de la alegría
y
del perdón.
Nos
dijeron los cielos
que
tú naciste
para
salvar al mundo
mortal
y triste.
Con
tu venida
redimiste
a los hombres
de
su caída.
Cantamos
aleluya
los
rescatados,
de
la condena eterna
fuimos
salvados.
Con
tu venida
nos
diste libertad,
¡Rey
de la Vida!.
Una
estrella luminosa
guía
al hombre penitente
hacia
un niño sonriente
y
una doncella preciosa.
En
actitud amorosa,
sus
bracitos extendidos,
somos
todos acogidos
por
la gloriosa bondad
del
niño, que en santidad
nos
salvará, redimidos.

Es
la doncella María,
madre-virgen
cariñosa,
medianera,
generosa,
que
al Señor ha dicho fiat.
¡Qué
extraordinaria alegría!,
en
su regazo Emmanuel
late,
por ser ella fiel
al
Dios de Amor y Verdad,
por
su entrega y caridad
es
la puerta del vergel.

  
  
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