Ya
la
espera,
larga
espera.
esperar
siempre,
sin
saber que espero.
Merodea
la nada y alimento el futuro,
futuro
sin presente, presente sin pasado,
laboreo
el cerebro sobre surcos sin siembra,
recolecto
el silencio en espacios vacíos.
Nace
una flor
que
se marchita al borde del crepúsculo.
Una
estrella fugaz surca los cielos
e
ilumina la noche.
Crece
añoranza
cuando
el tiempo esperado está cumplido.
Los
sauces se deshojan sobre el césped.
cae
lenta la lluvia.
En
la penumbra triste, en las grises mañanas,
en
las tardes silentes, en las noches insomnes,
en
el rincón oscuro de angustias e inquietudes,
late
una débil vela y espero, espero, espero...
Yo
seguiré esperando
y
no sé que espero.
Quizá
espero
la
paz
ya
Emma-Margarita
R. A.-Valdés
LA
ESPERANZA
(Jn
6,40)
Por
Emma-Margarita
R. A.-Valdés