DIRIJO
LA PALABRA
A SANTA
TERESA DE JESÚS
Por:
Emma-Margarita R. A.-Valdés

Eres, Teresa,
de Dios,
de Jesús y de
María,
y en tu corazón
habita
el Espíritu de
Amor.
Te das toda en
tus confines,
vida sin vivir
en ti,
y tu deseo es
morir
en tus éxtasis
felices.
Hallas calma en
el Señor,
el mundo jamás
te turba,
sabes que todo
se muda
y que sólo
basta Dios.
Con este amor y
esta fe
te elevas de
este destierro
y te ofreces
para el cielo
creciendo en la
Paz y el Bien.
En convento
carmelita
sientes el
divino impulso
de crear los
institutos
razón de ser de
tu vida.
Tu camino está
en la Cruz,
sabroso y dulce
consuelo
en el continuo
trayecto
por dar al
mundo a Jesús.
Fundas el
primer Carmelo
en tu amada
ciudad de Ávila
y prosigues tus
andanzas
sembrando
nuevos conventos.
Ni enfermedad
dolorosa,
ni grandes
dificultades,
te alejan de
dar al Padre
seguidores de
su obra.
Por los votos
de pobreza,
de soledad y
silencio,
reformas
estilos viejos
con una mística
nueva.
Es tu fe clara
y sencilla:
Dios anda entre
los pucheros.
Y en tus
magníficos versos
tu amor se hizo
poesía
En ti vive
Jesucristo,
que se revela y
te guía,
y tu alma en Él
se ilumina
para cumplir tu
destino.
Hallas en Él
aposento,
tu río llega a
su mar
cuando alcanzas
el final
del tempestuoso
destierro.
Eres hoy Santa,
Teresa
de Ávila y de
Jesús.
Se premió tu
excelsitud
con Doctora de
la Iglesia.
Está tu cuerpo
incorrupto.
Con gran amor
te veneran.
Quince de
octubre es tu fiesta
en España y en
el mundo.

Emma-Margarita R. A.-Valdés
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