AÚN
HAY TIEMPO, AMOR
Por
Emma-Margarita
R. A.-Valdés
Por
las esquinas grises de la vida
asoma
frío y trágico el invierno,
trae
la nieve y la noche
y
el viento que descuelga de las ramas
las
efímeras hojas.
Mas
aún hay tiempo, amor,
para
exprimir la dicha
y
escanciar en el alma los abrazos.
Gocemos
los instantes
con
avidez, como el desierto absorbe
las
gotas rezagadas del diluvio.
Sintamos
las mañanas,
son
un regalo insólito, una joya
reverberando
al sol.
Que
un cántico resbale por los labios
saturados
de besos,
que
los pechos abriguen
rosales
florecidos en el tálamo
placentero
de otoño,
que
las caricias fluyan amorosas
como
inauguración
de
apasionado encuentro.
Riamos
como niños
con
cualquier tontería, sin angustias,
juguemos
con la luz,
con
el aire, la tierra, el agua, el fuego,
y
con las flores del jardín oscuro,
ajenos
a las horas.
En
mágico escenario
manejemos
los títeres sombríos
entre
las bambalinas,
y
encendamos estrellas luminosas
sobre
el plató soñado.
Subamos
a los montes,
surquemos
las quiméricas mareas,
volemos
como pájaros sin nido,
alcancemos
la luna,
¡nos
espera aún la vida!.
Emma-Margarita
R. A.-Valdés
|