ALMA BIENAVENTURADA

Por

Emma-Margarita R. A.-Valdés

 

 Bajo el sol, en el monte, me enseñaste

a ser dichosa, bienaventurada.

Señor, cerca del cielo me orientaste

y me siento feliz, reconfortada.

 

Porque eres Tú mi espiritual riqueza,

pues sin Ti soy arcilla mancillada,

infundes tu valor en mi flaqueza

y me proclamas bienaventurada.

 

Porque deseo hacer tu voluntad

y en Ti voy de mí misma abandonada,

me prometes la tierra en heredad

y me proclamas bienaventurada.

 

Porque ruego tu gracia, tu perdón,

y lloro arrepentida, atribulada,

me brindas tu indulgente compasión

y me proclamas bienaventurada.

 

Porque tengo hambre y sed de tu justicia,

de existir redimida, liberada,

me das tu pan, tu vino y tu Noticia

y me proclamas bienaventurada.

 

Porque atiendo al enfermo, al marginado,

y me abrazo a la Cruz de la jornada,

me das del manantial de tu costado

y me proclamas bienaventurada.

 

Porque ansío tu limpio sentimiento

para vivir en Ti santificada,

abres mis ojos al conocimiento

y me proclamas bienaventurada.

 

Porque exhorto a la paz en nuestro infierno

y acepto tu designio sosegada,

en el Padre me das tu amor fraterno

y me proclamas bienaventurada.

 

Porque estoy perseguida por mi celo,

por responder fielmente a tu llamada,

en tu Reino coronas mi desvelo

y me proclamas bienaventurada.

 

Bajo el sol, en el monte, tu verdad

acampó sobre mi alma desterrada.

Tu perdón me da acceso a la ciudad

por la puerta que abrió la cruel lanzada.

 

Emma Margarita R. A.-Valdés           
Del libro: "Versos de amor y gloria"
Editorial: Biblioteca de Autores Cristianos, B.A.C.

                         


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