ALIMENTO CELESTIAL

Sobre el Evangelio de San Juan, capítulo VI

 

Por:

Emma Margarita R. A.-Valdés

La multiplicación de panes y de peces

es signo de beatífico alimento.

Jesús es pan de Vida para la eternidad,

el divino misterio,

que responde a las ansias más profundas

del hombre en el destierro.

Él es revelador de la bondad del Padre,

el sacrosanto Verbo.

Alimento de amor,

anuncio del banquete de la Vida,

presencia de su cuerpo y de su sangre

que se parte y reparte y multiplica.

Cinco mil le escuchaban, hambrienta muchedumbre

y escasa la comida.

Con sólo cinco panes y dos peces

concluyó la vigilia,

y las sobras llenaron doce cestos,

imagen de las tribus de la Biblia

y de sus doce apóstoles,

custodios de Sagrada Eucaristía.

 

 

La marcha de Jesús sobre las aguas

es otro de sus signos.

Sólo Él es el poder que pacifica,

destella en las tinieblas, escucha los gemidos

y calma las tormentas

que surgen en el mar de los destinos.

Lleva la iglesia a puerto,

como el Padre amoroso, protege a sus discípulos.

Será en Cafarnaún

donde revelará el exacto sentido.

Desprecia el interés

de los hombres por pan en el camino,

no buscan la divina redención de las almas,

se buscan a sí mismos.

 

 

Traslucen sus palabras

dones sacramentales de la Vida.

Supera al terrenal entendimiento

la celestial doctrina.

Se alejan de la fuente que mana de lo alto,

del camino que el Padre les indica.

Mas los que le reciben

aprecian, por la fe, el valor de la Misa.



Emma Margarita R. A.-Valdés
 

 Entradas a:

Contenido del sitio

Poesía trascendental

Poesía vital

Mapa

 

 

Si quiere enviar un mensaje recomendando

Universo Literario, pulse AQUÍ

 

Añada Universo Literario a sus Favoritos

 

Todos los derechos reservados © - Emma-Margarita R. A.-Valdés

Pintor: Giovanni Lanfra