


Te he encontrado, amado mío,
en el agua de tu río.
Con mi zéjel, animada
por la orilla iluminada,
doy albricias, tu oleada
llenó de paz mi vacío.
Yo soy tuya y tu eres mío
en tu torrente bravío.
Tu alfaida al sol del verano,
por la tierra de secano,
regó mi fruto temprano
con mi fe y tu poderío.
Derribó tu señorío
el alfaque del desvío.
Bañada por la corriente,
enraíza tu simiente
bajo la estrella de Oriente
en la aridez de mi estío.
No temo al calor ni al frío
acogida a tu albedrío.
Vivo la naturaleza
anegada en tu belleza,
luz de mi alquibla, pureza,
en este arenal umbrío.
Alimentas mi plantío
con tu brillante rocío.
En mis versos aljamiados,
júbilo y dolor trenzados,
por desiertos y poblados
confesaré mi extravío.
¡Qué alborozo, amado mío,
en el agua de tu río!.
Emma Margarita R.A.-Valdés
Del libro: "Algarabía"
Editorial: Obra Social y Cultural de Cajasur.
Prohibida su reproducción sin expreso consentimiento.
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